El almacén es el centro de las empresas de transporte y logística, por donde todo pasa y donde todo se sabe.

Como en las oficinas, las restricciones sanitarias también han afectado a la vida de los almacenes, tanto a nivel interno como a la relación de estos con el mundo exterior.
Hoy conocemos cómo cambió la forma de trabajar en el almacén de nuestra delegación de Barcelona de la mano de  Marc Pascual.

 

Para empezar, hablamos sobre cómo se ha visto afectada la actividad en el día a día del almacén.

El cambio más importante en el almacén ha sido el trato con los conductores. Algunos vienen a diario a nuestras instalaciones y, como consecuencia, se crea un vínculo, incluso una amistad con alguno de ellos. Sin embargo, con la llegada de las restricciones esto se ha perdido un poco. El no poder entrar en las instalaciones o el tener que respetar las distancias ha hecho que la relación no sea la misma.

Por otro lado, entre el propio equipo también lo hemos notado. Siempre hemos sido una piña, hemos hecho bromas y hemos estado unidos pero, el no poder acercarnos para mantener la distancia de seguridad, ha hecho que nos enfriemos un poco. Sobre todo al principio, que no sabíamos a qué nos enfrentábamos y teníamos más miedo, nos afectó mucho.

A pesar de todo esto, el trabajo se pudo seguir haciendo sin muchos inconvenientes. Nuestro trabajo en el almacén es más individual, cada uno tiene su función y puede hacerlo de forma independiente pudiendo respetar la distancia entre compañeros.

Como comentaba, el mayor problema ha sido a nivel externo, tanto los conductores que venían de otras empresas a nuestras instalaciones como a la hora de ir nosotros a hacer las recogidas. Por seguridad, no podíamos entrar en ningún sitio y, por tanto, te tenían que cargar los vehículos sin poder ver la mercancía, sin saber exactamente cómo era o cómo venía preparada, por lo que no podías decidir cómo cargarla de la forma que creías que era mejor. Esto acaba afectando a todo el trabajo.

 

Hablamos sobre los sectores que más han afectado a la bajada de la actividad.

Un porcentaje muy elevado de la mercancía que se mueve entre Barcelona y las Islas va dirigida al sector de la hostelería, por lo que cuando se cerró todo, experimentamos un bajón de volumen importante.

En verano lo notamos muchísimo. Normalmente, se transportan muchas bebidas (diferentes alcoholes, vinos, etc.), algo de comida y un gran volumen de productos de limpieza para los hoteles. Con la hostelería cerrada, toda esta mercancía desaparece.

 

Sobre las medidas de prevención tomadas, Marc nos comenta lo siguiente.

Desde el principio, adaptamos rápidamente a las medidas de prevención recomendadas, utilizamos guantes, mascarillas y nos poníamos gel hidroalcohólico. Además, pusimos en marcha turnos de trabajo para asegurar las distancias de seguridad. Esto también facilitaba la desinfección ya que el mismo operario utilizaba la misma máquina durante todo su turno y, una vez finalizado, el mismo la desinfectaba para la entrada del siguiente turno. Además de la maquinaria, también los vestuarios se desinfectaban cada mediodía antes de la entrada del turno de tarde.

Trabajar por turnos tenía sus inconvenientes. Aunque dejábamos todo preparado para el siguiente turno, el no poder comunicarte fácilmente como estábamos acostumbrados, aunque no quieras acaba afectando.
De todas formas, el hecho de aplicar estas medidas nos ha ayudado a sentirnos seguros. Nos gusten más o menos, son medidas que se tienen que mantener y seguir a raja tabla por la seguridad de todos.

El teletrabajo, por ejemplo, es una medida que personalmente no he implantado pero me parece muy interesante para las tareas de oficina. Teniendo unas guías mínimas, creo que se puede utilizar y que es una medida muy importante a tener en cuenta de cara al futuro.

 

Reflexionamos sobre los aspectos positivos que ha traído la pandemia.

Desde mi punto de vista, el transporte ha sido desde hace años un sector bastante menospreciado y con la pandemia mucha gente se ha dado cuenta de su importancia, de que es un sector esencial en nuestra sociedad. Creo que a nivel de visibilidad eso ha sido positivo aunque aún queda mucho trabajo por hacer para conseguir que se posicione al transporte donde se merece.

 

Para acabar, Marc nos cuenta algo que le ha sorprendido durante el transcurso de este último año.

Me sorprendió ver cómo muchas empresas, cuyo producto dejó de venderse por el cierre de la hostelería o el parón en otros sectores, inmediatamente se buscaron la vida para producir o distribuir otros productos que estaban teniendo mucho más demanda como los geles hidroalcohólicos o las mascarillas. Rápidamente innovaron para sobrevivir.

 

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